El homenaje de Barcelona a Pier Paolo Pasolini
de Giovanna Costantini
Barcelona ofrece una oportunidad única para conocer y entender el arte del director, poeta y escritor italiano, Pier Paolo Pasolini: en el Centro de Cultura Contemporáneo de Barcelona (CCCB) el próximo día 23 de mayo se inaugura la exposición “Pasolini Roma” que permanecerá hasta el 15 de septiembre de 2013.
Seis secciones cronológicas reúnen las etapas de la vida y de la producción del artista empezando por su llegada a Roma, el día 28 de enero de 1950, hasta el 2 de noviembre de 1975, día en que se encuentra su cadáver en una playa cerca de Ostia.
La exposición presenta manuscritos originales de obras teatrales, storyboards, poesías, novelas, ensayos y artículos, cartas de amigos, de intelectuales y artistas, diseños y pinturas, piezas de sus guiones, encuestas y documentales, fotografías, mapas de Roma, instalaciones…
El proyecto, seleccionado, aprobado y financiado por la Comisión Europea, ha sido compartido por el CCCB, la Cinémathèque française de París, l’Azienda Palaexpo-Palazzo delle Esposizioni de Roma e il Martin-Gropius-Bau de Berlín.
En contemporánea, la Filmoteca de Catalunya, a partir del 16 de mayo de 2013 hasta el 31 de julio, ofrece una retrospectiva que incluye todas las películas rodadas por Pasolini y las obras en las que él participa como autor o guionista. En ocasión de la inauguración, el 16 mayo a las h 20.00, se proyecta “Salò o i 120 giorni di Sodoma” (1975), película que cierra la producción de cineasta del artista. Se trata de una copia restaurada y cedida por la Cineteca Nazionale Italiana.
“La morte non è nel non poter comunicare ma nel non poter più essere compresi”.
En estas palabras están representadas de manera emblemática la vida e igual la experiencia artística de Pasolini, las dos coincidiendo perfectamente en su persona.
Experimentación, libertad de expresión en todas sus formas y el ansia de comunicación caracterizan al mismo tiempo el hombre y el artista Pasolini, que busca una voz pura y natural para su arte, que al final tiene que ser el arte de todo el mundo.
Roma es el lugar donde vuelve a empezar una vida nueva después de pasar por un proceso en que se ve acusado por abusos de minores. Es la ciudad donde encuentra otra perspectiva de vida pero también de observación de la realidad misma. Lo que atrae su curiosidad de intelectual es la vida del los proletarios, su lengua: real, natural y directa. Así como en el arte, la vida está representada en su ideales: un medio directo y diferente de comunicación, que permite la interacción de las personas: auténtica y dinámica. El dialecto “di borgata”, marco distintivo del pueblo contra la hegemonía de la Iglesia, permite fijar una identidad: suena auténtico, es el primer paso hacia la libertad.
“Negli insegnamenti che ti impartirò io ti sospingerò a tutte le sconsacrazioni possibili, alla mancanza di ogni rispetto per ogni sentimento istitutivo. Tuttavia il fondo del mio insegnamento consisterà nel convincerti a non temere la sacralità e i sentimenti, di cui il laicismo consumistico ha privato gli uomini trasformandoli in brutti e stupidi automi adoratori di feticci.”
Esta es la lengua de Pasolini, que caracteriza tanto su obra escrita como la filmada: un intelectual obsesionado por el ansia de comunicación, elige la manera mas tradicional para cumplir con su objetivo. Su obra ofrece nada menos que la reproducción fiel de la vida y de la realidad, y se desarrolla en narración fiable de la historia del genero humano, según el ejemplo del mito.
En Pasolini el uso del las palabras llega a ser un medio de protesta contra lo incomprensible no solo del lenguaje de las elites cultas sino también de la sociedad burgués, incapaz de perseguir la verdad. Su juicio agro contra la política y la sociedad italiana nos permiten reconocer los mismos tristes mecanismos corruptos de hoy en día. No podrían ser más actuales estas palabras suyas:
“Il coraggio intellettuale della verità e la pratica politica sono due cose inconciliabili in Italia”.
La vida es una búsqueda continua de la verdad de las cosas al fin de compartir una moral común: la de vernos conscientes de lo que nos caracteriza y nos pasa por dentro, en aquel secreto de ser un pueblo con un identidad propia.
Como todo lo que se respete, la vida merece ser vivida con intensidad y respeto, lo mismo que se debe a los ideales nobles y justos. Así lo expresaba Pasolini:
“Amo ferocemente, disperatamente la vita. E credo che questa ferocia, questa disperazione mi porteranno alla fine. Amo il sole, l’erba, la gioventù. L’amore per la vita è divenuto per me un vizio più micidiale della cocaina. Io divoro la mia esistenza con un appetito insaziabile. Come finirà tutto ciò? Lo ignoro”.
